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En la actualidad, los mercados del aguacate continúan en una fase de transición entre orígenes, lo que se refleja en una calma relativa. Los precios, en su mayoría, se mantienen estables en los principales destinos de exportación para Colombia. Sin embargo, una leve baja en los calibres medianos es una novedad que merece atención. En este contexto, Europa emerge como el principal mercado para Colombia, capturando un 75% de las exportaciones colombianas entre las semanas 33 y 34, según proyecciones de Corpohass.
Los precios en campo para la fruta de más de 130 gramos oscilan entre COP 5,200 y COP 5,700 por kilo, lo que refleja un mercado que, aunque estable, está fuertemente influenciado por las condiciones climáticas. Los árboles en las principales zonas productoras, como el eje cafetero, Caldas, Tolima y Antioquia, muestran signos de estar «cargados» de fruta. Sin embargo, este año, Antioquia ha mostrado un adelanto de unas 3 o 4 semanas en su ciclo productivo, y se espera que los volúmenes de producción incrementen a mediados de septiembre.
El gran reto para los productores no reside únicamente en los mercados, sino en la naturaleza misma. Los calibres de este año han sido predominantemente medianos a pequeños, una tendencia que podría continuar por unas semanas más. Sin embargo, lo que realmente preocupa a los agricultores y a toda la cadena de poscosecha son los ciclos de sequía y lluvia. La falta de lluvias, que históricamente deberían caer en estas fechas, podría impactar significativamente los calibres de las cosechas a partir de la semana 38.
Este fenómeno climático no es nuevo, pero su impacto se siente con fuerza en la producción. Un ciclo de sequía en el momento equivocado puede reducir el tamaño de los frutos y, por ende, su valor en el mercado. A pesar de las técnicas modernas y las mejores prácticas agrícolas, los productores siguen a merced de la naturaleza, obligados a adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes para mantener la calidad de sus productos y la competitividad en los mercados internacionales.
En resumen, mientras los mercados se mantienen estables, el verdadero desafío radica en la gestión de los ciclos de sequía y lluvia, que podrían definir el éxito o fracaso de las cosechas en las próximas semanas. Los productores deberán estar atentos y preparados para enfrentar estos cambios con estrategias que minimicen el impacto en sus cultivos y en sus resultados económicos. La naturaleza no perdona, y la industria del aguacate, como tantas otras, lo sabe muy bien.
Jorge Molina Duque
Colombia