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Esta semana el panorama para el sector aguacatero en Colombia llega cargado de retos, pero también de oportunidades para demostrar la capacidad de adaptación que nos caracteriza.
Lluvias y sus efectos en la producción
El incremento en las precipitaciones sigue marcando el ritmo de la poscosecha y plantea desafíos importantes para la logística y la producción futura. Sin embargo, si hay algo que define a Colombia es su habilidad para manejar estas coyunturas con ingenio y perseverancia. Este no será el primer temporal que enfrentamos ni el último que superaremos.
Café y aguacate: competencia por la mano de obra
Otro fenómeno típico de esta época es la coincidencia entre la cosecha de café y la de aguacate. Esto genera una dinámica interesante en el mercado laboral: los recolectores tienden a optar por las mejores alternativas económicas, lo que obliga a los productores a ser creativos para atraer mano de obra. Este desafío es también una oportunidad para innovar en estrategias de contratación y condiciones laborales que fortalezcan la competitividad del sector.
Precios y mercados: luces y sombras
En cuanto a los precios, el promedio en campo ofrecido por las exportadoras se sitúa entre COP 4.500 y COP 4.800, una referencia importante para los productores. Sin embargo, en Europa, el panorama es menos alentador. Los precios continúan a la baja, especialmente en calibres 22 al 28, mientras que los calibres 30 y 32 prácticamente no tienen demanda en exportación.
A pesar de esto, Colombia mantiene un papel relevante en el mercado. En lo corrido del año, nuestro país ha logrado un 10,5% de participación, alcanzando incluso un 20% en la semana 47, según datos de Avobook. Esto demuestra que, aunque los retos son significativos, seguimos siendo jugadores clave en el escenario internacional.
Estados unidos hace ojitos a Colombia y viene cargado con especulaciones de origen político a las que tal vez nosotros también nos estamos acostumbrando.
En el frente logístico, los paros en el transporte han afectado la llegada de contenedores a los puertos, lo que añade otra capa de complejidad a la cadena de suministro. Este es un recordatorio de la importancia de fortalecer nuestra infraestructura y procesos logísticos para mitigar el impacto de estas eventualidades.
#Resiliencia
El panorama aguacatero actual nos invita a reflexionar sobre la importancia de la resiliencia en todos los niveles: desde el manejo de lluvias hasta la atracción de mano de obra y la adaptación a mercados internacionales. No es una tarea fácil, pero el sector aguacatero colombiano siempre ha demostrado que está a la altura de los retos.
Jorge Molina Duque
Colombia