Ventanas de producción, calidad de fruta y certificaciones: La ruta de Ecuador hacia la competitividad global

La posición de Ecuador en el mercado global del aguacate ha tomado un rumbo estratégico gracias a tres pilares: ventanas de producción, calidad de fruta y certificaciones. Por un lado, las ventanas de producción abarcan desde septiembre hasta junio, permitiendo al país competir de manera estratégica en momentos clave en los mercados internacionales. Adicionalmente, las condiciones climáticas del país aportan en una calidad de fruta de primer nivel y finalmente, la implementación de certificaciones internacionales están consolidando la oferta exportable del Ecuador.

La primera ventana, entre inicios de septiembre y  octubre, ofrece de cinco a 8 semanas cruciales para abastecer principalmente al mercado europeo, ruso y medio oriente. Durante este período, Ecuador se beneficia de una menor competencia, ya que los principales productores de cercanía, como Israel y Marruecos, están en las etapas iniciales de sus cosechas. Esto posiciona al aguacate ecuatoriano como una opción atractiva y de alta calidad. El segundo periodo, que se extiende de enero a junio, es particularmente relevante porque se puede abastecer a los principales mercados de 8 a 12 semanas, cuando los principales orígenes no cuentan con total disponibilidad de producción. 

La capacidad de Ecuador para mantenerse en el mercado a lo largo del año se debe a sus tres floraciones. La primera en cosecha, entre septiembre y diciembre, está influenciada por la geografía y los pisos climáticos del país, que van desde los 1,400 hasta los 2,400 metros sobre el nivel del mar. Este rango permite producir en diferentes momentos según la ubicación y las condiciones específicas.

La segunda floración, la más robusta y consolidada, se cosecha de finales de diciembre a abril. Durante este periodo, Ecuador enfrenta menos competencia y logra posicionar una mayor cantidad de fruta en los mercados internacionales.

Por último, la tercera floración, conocida localmente como la «loca», tiene lugar entre mayo y agosto. Aunque su producción es menor, permite cubrir necesidades del mercado local y potencialmente del mercado de Norteamérica.

Desafíos climáticos y avances productivos

El fenómeno de El Niño ha sido un desafío recurrente para los productores ecuatorianos. Las intensas lluvias en la costa y la sequía en la sierra impactaron negativamente la campaña 23-24, especialmente durante los meses de noviembre 2023 y marzo 2024. Sin embargo, el sector ha mostrado resiliencia y adaptación mediante la implementación de estrategias para mitigar estos efectos.

Los factores claves en esta adaptación han sido: una mejora en la nutrición vegetal, manejo fitosanitario y avances hacia la certificación y la profesionalización del manejo agrícola. En el Ecuador se han iniciado implementaciones de sistemas de gestión integral certificados, tanto en la modalidad individual como grupal. Para el inicio de este 2025, un grupo de más de 20 unidades productivas han logrado certificarse Global Gap en su nueva versión 6.0. Se estima que para el cierre del mismo año una cantidad similar de fincas puedan estar certificadas con la misma norma, lo que representaría un crecimiento sin precedente en este cultivo en el país. Lo que demuestra el compromiso de los miembros de la cadena de valor, de perfeccionar su manejo y prepararse de a poco para ser una actor relevante en los mercados internacionales.

Este enfoque no solo mejora los procesos de producción, sino también garantiza una fruta de mayor calidad, con calibres más homogéneos y condiciones que cumplen estándares internacionales de inocuidad. El aprendizaje continuo y la «tropicalización» de técnicas aplicadas en países como Perú y Colombia también han sido esenciales para adaptarse a las particulares condiciones ecuatorianas.

De cara al futuro, Ecuador se prepara para una campaña 2025-2026 con optimismo, sustentado en la mejora continua de sus prácticas agrícolas y en un esfuerzo sostenido por consolidar su lugar en el mercado global. La combinación de ventanas de producción bien definidas, avances en productividad y certificaciones internacionales posiciona al aguacate ecuatoriano como un producto atractivo para la demanda internacional.

Santiago Pinto
Ecuador
spinto@interanza.com