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A pesar de los recientes desafíos, la logística en Colombia ha demostrado una capacidad admirable de recuperación. Tras la reactivación de las rutas de exportación hacia Europa, los productores colombianos se han vuelto a posicionar en un mercado que, aunque aún pequeño, representa un crecimiento importante. Con una participación del 4% en las llegadas al viejo continente, el país sigue en su lucha por ganar terreno, especialmente en comparación con competidores fuertes como Sudáfrica (con más del 5%) y Kenia y Tanzania, que juntas representan cerca del 20%. Perú, con su liderazgo en exportaciones, sigue marcando la pauta en esta competencia global, según datos recientes de Avobook.
CorpoHass destaca que más del 90% de las exportaciones colombianas están destinadas a Europa, y se espera que esta tendencia se mantenga hasta finales de año. A pesar de las dificultades que presentó el paro, la logística ha recuperado su ritmo, aunque no sin sus costos. Los fletes han experimentado un aumento, resultado de las negociaciones entre el gobierno y los transportistas, lo que podría impactar en los márgenes de ganancia para los exportadores.
En cuanto a la producción, los precios en campo han encontrado un punto de relativa estabilidad, aunque con diferencias en las ofertas según los calibres. Las frutas de menor tamaño enfrentan ciertas restricciones, lo que ha llevado a una mayor oferta de calibres medianos y pequeños, que representan el 50% y el 30% del total, respectivamente. Sin embargo, el clima sigue siendo un factor clave: el calor ha sido constante, pero la ausencia de lluvias pone en duda la mejora en los calibres durante las próximas semanas.
Es interesante notar que la cosecha se ha adelantado aproximadamente cuatro semanas. Esto podría tener un efecto amortiguador en la curva de volumen para el último trimestre del año, evitando una saturación repentina en los mercados internacionales. En conclusión, aunque la logística y la producción en Colombia se han estabilizado tras los desafíos del paro, el camino no está exento de dificultades. El aumento en los costos logísticos y la incertidumbre climática son recordatorios de que la industria aguacatera debe mantenerse flexible y resiliente para seguir compitiendo en un mercado global cada vez más exigente.
Jorge Molina Duque
Colombia