El 2025 fue, sin duda, un año de grandes aprendizajes para el Hass colombiano. Un año complejo, exigente y, para muchos actores de la cadena, particularmente duro.
El recuento comienza con un arranque marcado por altos volúmenes en las primeras semanas, acompañado de fruta más avanzada en materia seca. Nos quedamos con la esperanza de ver buenos precios en los diferentes mercados, pero la realidad fue otra.
Hacia el mes de marzo empezamos a enviar una traviesa anticipada a Estados Unidos, con materias secas provenientes de distintas floraciones. Al mismo tiempo, la ola peruana comenzaba a acercarse, alimentando la especulación del mercado. Las luces amarillas empezaron a encenderse en términos de calidad y, como “cereza del pastel”, apareció el factor que año tras año sigue siendo crítico: el manejo de inventarios por parte de los importadores.
Seguimos viendo cómo el mercado continúa en su curva de aprendizaje sobre cómo manejar la fruta colombiana, una fruta que sabemos tiene dos grandes enemigos: el tiempo y la temperatura. Es una fruta sabrosa, agradecida, pero —como decimos en Colombia— es una fruta consentida: le gusta que la traten bien, que la consuman en su punto óptimo y, ojalá, en no más de 15 días después de haber llegado a su destino.
Los meses siguientes fueron especialmente duros para nuestros valientes productores, y la situación aún no termina de mejorar. El mercado no compuso significativamente. Apenas un par de semanas antes de la feria de Madrid y un par de semanas después se abrió una ventana corta, de esas que siempre hay que tomar “con pinzas”, apostándole únicamente a la mejor calidad.
Hoy vemos un cierre de año con precios bajos en el mercado europeo, y ni hablar del mercado estadounidense. Los productores esperan una mejora de precios para salir a cosechar, pero todo parece indicar que habrá mucho volumen disponible en las primeras semanas de enero. A esto se suma una logística ya resentida por las fiestas de fin de año y la limitada disponibilidad de contenedores. No sería extraño que el comportamiento de las primeras semanas de 2026 se parezca bastante al de 2025.
En campo, los precios han estado relativamente estables. Sin embargo, si los llevamos a dólares o euros, podrían verse más altos debido a la tasa de cambio, fenómeno que al mismo tiempo golpea las arcas de los exportadores. Para 2025 se estiman entre 8.000 y 8.300 contenedores, cifra que se terminará de ajustar en un par de semanas.
No es más, aunque sí mucho lo que queda por conversar. Nos vemos en 2026. Les deseo un año lleno de salud, prosperidad, abundancia, experiencias expansivas y, sobre todo, sabiduría para enfrentar las decisiones que vienen desde el gobierno colombiano, en especial el incremento del salario mínimo del 23% y el año electoral que tenemos al frente.
Porque, al final, un mar en calma no hizo a un marinero experto.
Un abrazo y feliz año.
Jorge Molina Duque
Gerente de Operaciones Quality Studio CO
jorge.molina@qualitystudio.cl
Colombia





