Este contenido es solo para suscriptores
Dicen los que saben que entre la semana 35 y 36 se marca el final de la campaña traviesa en Colombia. Y como ocurre cada año, aunque haya estado llena de desafíos, nos queda la tarea de capitalizar aprendizajes para lo que viene, tanto en los mercados actuales como en los que se perfilan en el horizonte, siendo el norteamericano uno de los más atractivos.
Tenemos por delante varios meses para “apretar todas las tuercas necesarias” de cara a esa preparación, justo cuando inicia la campaña principal de Colombia, que se extenderá desde mediados de septiembre (S38 2025) hasta finales de marzo (S12 2026). Ya se percibe con mayor claridad la tendencia de las exportaciones colombianas hacia Europa, lo que conlleva grandes retos: materias secas altas, materias secas bajas o, en algunos casos, un mix que deberá ser manejado con mucha responsabilidad y pericia en cualquier destino.
Actualmente, cerca del 85% de las exportaciones de nuestro amado Hass #avocadosfromcolombia tienen como destino el viejo continente. A la vez, los embarques de Perú empiezan a ceder, “limpiando” un poco el mercado y abriendo condiciones favorables para la entrada de fruta colombiana. Sin embargo, este escenario también plantea un riesgo: se especula con precios en recomposición, pero con una oferta limitada de fruta realmente apta para exportación. Esto puede convertirse en una ventana de alto riesgo si no se maneja con responsabilidad por parte de productores, exportadores e importadores, quienes compartimos el deber de cuidar el origen más allá de las presiones coyunturales del mercado.
En campo, se comienzan a ver más propuestas comerciales, la mayoría enfocadas en Europa, con precios promedio por kilo de COP 2.500 y discriminados por calibres en COP 4.500 los grandes, COP 2.900 los medianos y COP 1.500 los babies. Justamente, en Europa se escuchan demandas puntuales por calibres pequeños en estos días.
El cierre de la traviesa nos recuerda algo fundamental: la fruta que enviamos habla de nosotros como país. Cada caja que llega bien representa una oportunidad; cada error, una factura que puede costar años de trabajo.
Hoy, más que nunca, la calidad debe ser la brújula. Porque cuidar la calidad es cuidar el origen, y cuidar el origen es asegurar el futuro de nuestro aguacate colombiano en el mundo. ( seguiremos repitiéndolo y expandiendo el mensaje como cantaleta de la mamá que siempre quiere lo mejor para los suyos)
Jorge Molina Duque
Gerente de Operaciones Quality Studio CO
jorge.molina@qualitystudio.cl
Colombia