Nos encontramos en la recta final de la campaña 2024-2025 y es momento de hacer una lectura estratégica de lo que ha sido este periodo y, sobre todo, de lo que se avecina para el aguacate ecuatoriano. Con el cierre proyectado para junio, ya hemos realizado exportaciones que nos permiten anticipar una conclusión sin mayores sobresaltos. La salida fuerte de Perú, especialmente hacia Europa y Rusia, marcó un punto relevante, pero Ecuador supo avanzar en paralelo con un objetivo claro: la diversificación de mercados.
La apertura de Costa Rica es uno de los logros más recientes, y el inicio de operaciones con Canadá. Ambas puertas abiertas representan una oportunidad clave para cerrar esta campaña con solidez, más aún considerando que los mercados europeos y rusos siguen siendo fuertes tanto en volumen como en precio. A esto se suma una expectativa estratégica: la visita del equipo técnico de Aphis a Ecuador, programada para junio, con el fin de realizar la última validación de acceso al mercado de Estados Unidos. Si los tiempos se cumplen, podríamos concretar una primera exportación simbólica en ese mismo mes, lo cual marcaría un hito en nuestra ruta exportadora.
La mirada, sin embargo, ya está puesta en la próxima campaña, que inicia en septiembre de 2025. El trabajo en campo ha sido continuo y meticuloso. Las labores nutricionales y fitosanitarias que se realizan en esta etapa del año son fundamentales para asegurar calidad y volumen. Tras dos años de sequía (2022-2023 y 2023-2024), observamos una recuperación agrícola importante que nos proyecta un crecimiento de alrededor del 40% en volumen respecto al último ciclo.
Este aumento productivo, sumado a la apertura de nuevos mercados, coloca a Ecuador en una posición favorable. El país cuenta con destinos de cercanía, así como con plazas consolidadas como Europa, Rusia y Medio Oriente. A esto se suman las oportunidades que representa un posible ingreso formal a Estados Unidos a fin de año. La fruta ecuatoriana ha tenido una excelente recepción en los mercados abiertos recientemente, mostrando una maduración adecuada y un comportamiento que ha generado confianza entre los compradores. Esto se traduce en una señal clara: Ecuador es una opción fuerte para integrar programas y planes de importadores en la campaña 2025-2026.
El camino no ha sido fácil, pero el aguacate ecuatoriano está viendo los frutos de una estrategia que apuesta por la diversificación, el cumplimiento y la calidad. El reto que sigue es consolidar cada una de estas aperturas y responder a la demanda creciente con una oferta a la altura de las expectativas.
Santiago Pinto
Director Iteranza
spinto@interanza.com
Ecuador
