EE.UU. sube los aranceles: ¿crisis o oportunidad para el aguacate ecuatoriano?

Las últimas dos semanas, luego de la implementación de los aranceles a todos los países por parte de Estados Unidos, nos han obligado a reflexionar no solo a nivel global, sino también a cada país y sector productivo. Y es que no se puede ignorar que Estados Unidos representa un mercado importante y relevante a nivel mundial, lo que hace que cualquier decisión comercial de su parte tenga efectos inmediatos y profundos en la economía de sus socios comerciales.

Para entender esta nueva situación, conviene retroceder un poco y mirar en perspectiva. Ecuador, entre 2007 y 2010, formó parte del proceso de negociación de un acuerdo de libre comercio con Perú y Colombia. Sin embargo, por decisiones ajenas a los negocios y a los acuerdos internacionales, nuestro país decidió salir de esa negociación. Perú y Colombia continuaron adelante y lograron eliminar los aranceles sobre todos sus productos. Nosotros, en cambio, nos quedamos rezagados.

No solo se dejó pasar una oportunidad histórica, sino que también se perdió la renovación de ciertas preferencias arancelarias que Estados Unidos nos otorgaba, lo que, en consecuencia, redujo nuestra competitividad y participación en mercados clave. Esto se sintió particularmente en los productos de alto volumen, donde competimos directamente con nuestros vecinos latinoamericanos y también con actores asiáticos.

Posteriormente, Ecuador ingresó a un proceso de negociación para que productos estratégicos como el banano y el camarón pudieran entrar sin aranceles al mercado estadounidense, logrando también algunas preferencias para otros rubros importantes como las flores y ciertas frutas.

¿Y por qué es importante tener presente este contexto? Porque en esta nueva coyuntura, los productos ecuatorianos que habían logrado ventajas arancelarias se encuentran en una posición desfavorable: hoy enfrentan incrementos superiores al 10%. Otros productos que antes tenían aranceles de 3%, 4%, 5% o 12%, ahora enfrentan cargas superiores al 22%. Es decir, se ha generado un nuevo escenario de desventaja.

En ese contexto aparece nuestro sector, el aguacatero, que es relativamente nuevo y que aún no ha culminado su proceso fitosanitario. Anteriormente, por nuestra baja producción y la falta de un acuerdo fitosanitario, teníamos una carga arancelaria baja, con valores de apenas centavos por kilo exportado. Traducido a porcentaje por kilo, realmente era mínimo. Ahora, con el nuevo esquema, se nos ha sumado un arancel del 10%, pero a su vez, nuestros vecinos –Colombia y Perú– también han recibido un incremento similar. Esto nos pone, al menos en teoría, en igualdad de condiciones.

La gran incógnita sigue siendo México. Si efectivamente se concreta un arancel sobre el aguacate mexicano, el impacto en su abastecimiento sería innegable. Esto abriría oportunidades primero para los grandes jugadores regionales como Colombia y Perú, pero también para nosotros. Como actores nuevos, podríamos acceder a una participación diferente en el mercado estadounidense, una que no habíamos contemplado antes de este cambio en las reglas del juego.

Por eso, decir que esta situación es buena o mala para nosotros aún es prematuro. Lo cierto es que, al ser un sector joven, tenemos una mayor flexibilidad para navegar en un entorno turbulento y podríamos aprovechar una ventana de oportunidad que antes no existía.

Finalmente, hay un aspecto estratégico que vale la pena destacar: Ecuador, como país, no está directamente involucrado en la actual “guerra comercial” entre Estados Unidos, la Unión Europea y China. Más bien, tenemos acuerdos de libre comercio que nos colocan en una posición interesante. Con Europa ya tenemos un tratado vigente. Recién firmamos uno con China, en un proceso que ahora requiere avanzar en los protocolos fitosanitarios y demás aspectos técnicos. Además, hemos venido cerrando acuerdos con países cercanos, lo que nos posiciona favorablemente para abastecer mercados vecinos.

Por todo esto, como sector aguacatero ecuatoriano, mantenemos expectativas importantes. Esta coyuntura puede acelerar nuestro crecimiento y permitirnos establecer una presencia más sólida y robusta en mercados internacionales claves como el de Estados Unidos.

Santiago Pinto
Director Iteranza
spinto@interanza.com
Ecuador