Ecuador se encuentra en un momento crucial para consolidar su posición en el mercado global del aguacate. La ventana de producción, que abarca desde octubre hasta marzo, llega a su pico en febrero, lo que coloca al país en una etapa clave para satisfacer la demanda internacional durante este período. Sin embargo, como en todo proceso de expansión, hay retos importantes que, lejos de desanimar, presentan oportunidades para quienes saben cómo enfrentarlos.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Ecuador como un nuevo jugador en la exportación de aguacate es la competencia por espacio en las navieras. El aguacate ecuatoriano compite con productos de exportación tradicionales como el banano, camarón y las flores, que también requieren espacio en los contenedores refrigerados. Esto pone presión sobre las capacidades logísticas del país y podría afectar la eficiencia de los envíos.
Por otro lado, el clima ha tenido un impacto considerable sobre la producción. A pesar de algunos movimientos en la cantidad de fruta, la abundancia de aguacates, especialmente en calibres grandes y medianos, ha sido una ventaja clave para Ecuador en este 2025. La calidad de la fruta ha sido estable, a pesar del paso de los efectos del fenómeno del Niño, lo que permite a Ecuador presentar un producto más confiable, con mejores condiciones en comparación con la campaña anterior.
El mercado europeo se perfila como uno de los destinos principales para la exportación ecuatoriana. Durante los últimos meses, algunos de los grandes orígenes tradicionales, como Chile y Marruecos, han comenzado a reducir su producción, lo que deja un espacio en la oferta que Ecuador está en una excelente posición para llenar. A esto se suma la caída en el crecimiento de otros países productores, lo que aumenta las posibilidades de que Ecuador se haga con una porción más grande de la demanda.
Sin embargo, la situación geopolítica también juega un papel clave. El conflicto reciente entre Estados Unidos y Colombia ha generado incertidumbre, especialmente para los exportadores colombianos, quienes son grandes proveedores para el mercado estadounidense. Aunque la situación no ha tenido mayores repercusiones, podría haber despertado dudas en los consumidores y, en consecuencia, influir en las decisiones de compra. En este escenario, Ecuador tiene una ventana de oportunidad para fortalecer su presencia en el mercado estadounidense, si bien el proceso de aprobación de los protocolos fitosanitarios con la APHIS de Estados Unidos se ha retrasado, y se espera que esta apertura ocurra a mitad de año.
Por otro lado, la situación con México, el mayor proveedor de aguacates para Estados Unidos, ha generado expectativas positivas para Ecuador. La incertidumbre sobre la capacidad de México para mantener su posición dominante en el mercado estadounidense puede abrir nuevas oportunidades para Ecuador, especialmente si el proceso de certificación de exportación se agiliza. A medida que el protocolo se apruebe, Ecuador podría contar con una ventaja estratégica frente a otros competidores en la región.
El panorama también se ve favorecido por el inicio de la campaña Perú y la reducción del volumen de exportación desde Chile principalmente para mercado europeo, lo que ha llevado a algunos mercados cercanos en Latinoamérica a voltear su mirada hacia Ecuador. Adicionalmente, en los avances en el mercado estadounidense, Canadá se presenta con un nuevo mercado, donde Ecuador recientemente firmó un tratado de libre comercio. Esto permitirá a los exportadores ecuatorianos acceder a ese mercado sin aranceles, abriendo nuevas oportunidades de negocio en Norteamérica.
En resumen, Ecuador está bien posicionado para aprovechar la actual coyuntura en el mercado global del aguacate. La combinación de una producción creciente y de calidad, junto con la posibilidad de acceder a nuevos mercados como Estados Unidos y Canadá, ofrece un panorama prometedor. Sin embargo, la competencia y los desafíos logísticos y geopolíticos continúan siendo factores a tener en cuenta. Si Ecuador logra capitalizar estas oportunidades, el país podría consolidarse como un jugador clave en el mercado internacional, llevando el aguacate ecuatoriano a nuevas alturas en los próximos años.
Santiago Pinto
Ecuador
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