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Buenos días,
Al cerrar este ciclo de 2024, reflexionamos sobre las lecciones aprendidas y los desafíos enfrentados en un año marcado por la constante incertidumbre que define a los agronegocios. Este año nos dejó fenómenos recurrentes y otros nuevos, que exigieron creatividad, perseverancia y la capacidad de adaptarnos rápidamente.
En el campo, los calibres van mejorando, grandes alcanzando un 35%, medianos un 40% y babies un 25%. Antioquia lideró la cosecha, mientras los productores enfrentaron la dificultad de encontrar personal para recoger la cosecha. La materia seca no espera, aunque algunos apuestan a que los precios mejoren en enero. El clima «entreverado», con lluvias y sol, ha sido un aliado para muchos, pero la presión sigue aumentando en calibres como el 20 y el 22, con precios promedio cercanos a EUR 1.13 solo por la fruta.
…»Y si por aquí llueve, por el lado de la logística no escampa.» Se complica sacar la fruta de las fincas hacia las plantas, la presión por mover cargas desde las plantas empacadoras a puerto creció, junto con los sobrecostos, mientras los equipos de logística y comercio exterior se mantuvieron en modo 24/7. Proveedores comprometidos «pusieron el pecho» y las navieras operaron al 200%. Esto obligó a los exportadores a ser más creativos para redirigir contenedores hacia mercados estratégicos.
A medida que enero se asoma, todo indica que será un mes de aprendizajes intensos, quizás «sacando canas» pero también abriendo nuevas oportunidades. Con las exportaciones a Europa representando un 70% en 2024, seguimos atentos a los efectos de la especulación y al posible impacto del paro de sindicatos en puertos de EE. UU.
Se asoma entonces un nuevo reto para la industria: el recurso y la gestión humana.
Cerramos el año con gratitud y humildad, listos para usar las lecciones aprendidas como semillas para un 2025 más prometedor.
¡Feliz año nuevo y prósperas cosechas por venir!
Jorge Molina Duque
Colombia