El aguacate ecuatoriano: calidad sobre cantidad, en el camino hacia los mercados globales

Ecuador, un país que históricamente ha destacado por sus exportaciones de banano, cacao y flores, está escribiendo un nuevo capítulo en su agroindustria: el aguacate. Aunque todavía es un jugador emergente en este mercado global, el país ha decidido posicionarse con una estrategia que prioriza la calidad por encima del volumen.

La entrada al competitivo mundo del aguacate no ha sido un salto al vacío, sino un movimiento estratégico que busca aprovechar las condiciones climáticas favorables y la experiencia adquirida en otros cultivos de exportación. Sin embargo, ¿es suficiente esta apuesta por la calidad para destacar frente a gigantes como México, Perú o Colombia?

Mientras otros países apuestan por el volumen, Ecuador ha optado por ser un complemento en los mercados internacionales. Esta filosofía de negocio es clave para comprender el enfoque de Ecuador: insertarse en las ventanas de mercado donde otros productores no logran satisfacer la demanda, todo esto sin comprometer el estándar del producto.

Mercados estratégicos y nuevos horizontes

El aguacate ecuatoriano ya ha conquistado mercados exigentes como Europa y Rusia. Sin embargo, las oportunidades van más allá. El acuerdo comercial con China, vigente desde mayo de 2024, abre un nuevo capítulo para el sector, permitiendo vislumbrar el ingreso al mercado asiático en pocos años.

A nivel regional, países como Argentina y Uruguay se perfilan como destinos estratégicos, gracias a su proximidad geográfica y menores costos logísticos. Este enfoque en mercados de cercanía no solo reduce riesgos, sino que también fomenta una diversificación inteligente, sin descuidar los principales destinos como Europa.

A pesar del optimismo, el camino no está exento de desafíos. Ecuador cuenta con aproximadamente 6.000 hectáreas dedicadas al aguacate, una cifra modesta frente a las 40.000 hectáreas de Colombia. No obstante, el objetivo no es competir en tamaño, sino duplicar las hectáreas cultivadas en los próximos cinco años, alcanzando entre 8.000 y 10.000 hectáreas dedicadas exclusivamente a la variedad Hass, reconocida por su alta calidad.

Otro reto significativo es la estandarización de procesos. Con 45 productores en 7 provincias del país, garantizar una calidad homogénea en el producto es esencial para mantener la competitividad en mercados internacionales. Cómo la implementación de sistemas de gestión certificados y tecnología avanzada, sensores de temperatura y procesos de trazabilidad, han sido claves para superar estos desafíos.

La sostenibilidad como pilar central

El desarrollo de la industria del aguacate en Ecuador no puede desligarse de su compromiso con la sostenibilidad. Las empresas líderes del sector están implementando prácticas para optimizar el uso del agua y reducir su huella de carbono, conscientes de que el crecimiento desmedido podría generar impactos negativos en el medio ambiente.

El aguacate ecuatoriano tiene el potencial de consolidarse como un producto premium en los mercados internacionales. Sin embargo, su éxito dependerá de mantener su enfoque en la calidad, ampliar su presencia en nuevos mercados y garantizar prácticas sostenibles que respalden su crecimiento.

En un mundo donde el volumen suele ser el rey, Ecuador está demostrando que hay espacio para los pequeños jugadores que apuestan por lo mejor. Su camino hacia el éxito no será inmediato, pero es un ejemplo de cómo la estrategia y la colaboración pueden transformar a un país emergente en un competidor relevante en la escena global del aguacate.

Santiago Pinto
Ecuador
spinto@interanza.com