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La semana 49 se presenta como un punto de inflexión para el sector del aguacate colombiano. Los productores, exportadores y demás actores de la cadena enfrentan desafíos y oportunidades que definirán el cierre de 2024. En este panorama, las dinámicas del campo, los mercados internacionales y los factores climáticos dibujan un escenario tan complejo como estratégico.
Desde los cultivos, la oferta de fruta de exportación muestra una distribución estable, con un 35% de calibres pequeños, 45% medianos y 20% grandes. Sin embargo, detrás de estos números se percibe una estrategia más calculada: los productores parecen estar reteniendo parte de su cosecha en un intento por lograr mejores condiciones de mercado. Este juego de fuerzas podría alterar las dinámicas de precios y flujos hacia los mercados internacionales en un momento clave.
En cuanto a precios en campo, se observa un ajuste a la baja. Los calibres pequeños rondan los COP 1.700, mientras que los medianos alcanzan los COP 4.000, y los grandes, escasos en esta temporada, se cotizan en COP 7.200. El promedio general, de COP 3.800, refleja una moderación que responde tanto a la oferta como a la demanda.
El clima, por su parte, juega un papel crucial. El aumento gradual de las temperaturas y una cierta ausencia de lluvias, trae consigo incertidumbre, especialmente en lo que respecta a la calidad y el desarrollo de las próximas cosechas. Tanto la traviesa como la cosecha principal podrían verse afectadas, lo que demanda una vigilancia constante y, sobre todo, estrategias de mitigación para garantizar una producción estable y competitiva.
En los mercados internacionales, Europa se mantiene firme como el principal destino de los #AvocadosFromColombia, con una participación del 11% en 2024 y un 20% de los arribos reportados en la semana 48, según Avobook. Sin embargo, es imposible ignorar el crecimiento del mercado estadounidense. Con un 25% de las exportaciones dirigidas a este destino en el mismo periodo, según datos de Corpohass, Estados Unidos emerge como un socio comercial cada vez más relevante. Este dinamismo plantea interrogantes sobre cómo Colombia podría equilibrar su estrategia para no depender exclusivamente del mercado europeo y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece el mercado norteamericano.
A todo esto se suman los retos logísticos que plantea el cierre del año. La proximidad de las festividades navideñas genera una fragmentación en las semanas de trabajo y un incremento en la demanda de transporte y mano de obra, complicando las dinámicas de exportación. Las empresas deberán planificar cuidadosamente para sortear estos obstáculos y garantizar que la fruta llegue en óptimas condiciones a su destino.
En este contexto, la semana 49 es más que un simple periodo de transición. Es un momento decisivo para ajustar las estrategias de producción, logística y comercialización. Europa consolida su posición como destino principal, pero Estados Unidos avanza con fuerza, mientras que el clima y la logística añaden variables que exigen una respuesta ágil y eficiente.
Colombia está ante la oportunidad de no solo cerrar 2024 con éxito, sino también de sentar las bases para un 2025 en el que su aguacate no solo siga siendo competitivo, sino que también se consolide con la calidad y sostenibilidad a la que se está apuntando. La clave estará en la capacidad del sector para anticiparse y adaptarse a un entorno tan dinámico como desafiante.
Jorge Molina Duque
Colombia