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La industria del aguacate en Chile tiene el privilegio de gozar de una alta demanda en múltiples mercados internacionales, lo que proporciona estabilidad y diversificación a largo plazo. Los productores chilenos tienen la ventaja de vender en distintas monedas, como el peso chileno, dólar, yuan, euro, y otras, permitiéndoles mitigar riesgos financieros. Sin embargo, esta oportunidad también trae consigo la tentación de guardar la fruta para venderla en pesos chilenos durante el otoño, lo cual puede desgastar las reservas del huerto y comprometer la producción futura.
Para esta primavera 2024, uno de los consejos clave es aprovechar los excelentes precios de la temporada temprana. Esto permitirá a los productores recuperar los huertos después de un ciclo seco que ha aumentado el estrés hídrico y salino, y debilitado los árboles. Cosechar temprano permite que los huertos «descansen», volviendo a un estado más juvenil y garantizando una buena floración y cuajado para el año siguiente. Esta práctica es fundamental para asegurar una producción fuerte en 2025, en lugar de sobrecargar los árboles y prolongar la cosecha.
Otro punto a destacar es la calidad reconocida del aguacate chileno a nivel mundial, especialmente en Europa, donde algunos compradores están dispuestos a pagar un sobreprecio para asegurar el suministro. Esto se debe a la excelente postcosecha del aguacate chileno, que se descompone mucho menos que la de otros orígenes, reduciendo significativamente las mermas en el retail europeo. Esta ventaja competitiva no solo beneficia a los productores en términos de precio, sino también en la estabilidad de los mercados internacionales.
Es vital que los productores no se dejen llevar por la especulación de precios en el mercado interno, que, aunque atractivo, es limitado. Además, vale resaltar que Chile no ha experimentado un crecimiento significativo en hectáreas dedicadas al aguacate en los últimos años, lo que ha mantenido la producción estancada en alrededor de 180,000 toneladas anuales. Por lo tanto, para asegurar la sostenibilidad del negocio, es necesario enfocarse en la recuperación de los huertos y no en la maximización de ganancias a corto plazo.
Otro aspecto esencial para esta temporada es la fertilización adecuada, comenzando con bioestimulantes que promuevan el crecimiento radicular temprano. Durante años, la fertilización se ha centrado en el uso de fertilizantes químicos, que pueden aumentar la salinidad del suelo y estresar tanto a las raíces como a los microorganismos beneficiosos. El potasio, en particular, es clave tras la cosecha, ya que las reservas en las plantas tienden a ser bajas debido al consumo de la fruta.
A medida que avanza la primavera y se inicia la floración, la nutrición floral será crucial para garantizar un buen cuajado. La primavera fría de Chile ralentiza la translocación de nutrientes desde las hojas hacia las flores, lo que puede resultar en abortos florales por desnutrición. Es fundamental proporcionar los nutrientes necesarios para que los primeros botones florales se desarrollen adecuadamente, lo que mejorará la resistencia de la fruta ante el estrés de verano y reducirá las caídas de diciembre.
Finalmente, aprovechar la disponibilidad de agua este año es una oportunidad única después de una década de cuencas hídricas limitadas. El riego adecuado permitirá a los huertos recuperarse completamente y prepararse para las temporadas venideras, con miras a mantener una producción estable y de alta calidad que el mercado internacional demanda.
Para los productores de aguacate en Chile, el enfoque para esta primavera debe ser: cosechar temprano, recuperar los huertos, fertilizar de manera equilibrada y aprovechar los recursos hídricos. El futuro de la industria depende de cuidar la salud de los huertos y pensar en la productividad a largo plazo, no solo en los precios inmediatos del mercado interno.